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sábado, 10 de abril de 2021

Así somos los cronopios



Un Cronopio es un dibujo fuera del margen, un poema sin rimas", sin embargo por la libertad que brinda el autor, definir a un Cronopio es casi imposible, sin embargo, brindaremos atributos que hacen a un Cronopio ser él:

Un Cronopio no es hermoso como una Fama o una Esperanza, los Cronopios son simples, les gusta sentirse a la moda, lo que no implica que sigan las últimas tendencias, solo buscan la comodidad, prefieren andar descalzos, a ellos el contacto con la tierra les recuerda su pasado, los invita a un futuro y a despegarse del suelo algunas veces. Son tan soñadores, que se elevan, y por ello de vez en cuando, realmente muy frecuentemente, golpean el suelo, por caerse de las nubes. ¡No importa!, ellos siempre se levantan porque creen que la vida es de caer y levantarse, si, eso es la vida para ellos, un compendio de momentos, un retazo de instantes, que recuerdan fotográficamente y que se les graban hasta en los huesos; por ello nunca dejarán de querer volar nuevamente y no se armarán de excusas para no hacerlo. Ellos tienen la necesidad de compartir instantes y necesitan volar para hacerlo.

Siempre encuentran lo bonito de cada momento, son románticos y un poco ilusos, por eso cada instante es perfecto, cada momento es excepcional, cada palabra es poesía. Un momento común y corriente para otro no lo es para él. El Cronopio magnifica la belleza, la abraza, la hace suya, por eso disfruta los momentos que comparte con el ser amado mientras se olvida del mundo, todo se detiene y el Cronopio sólo puede imaginarse en ese aquí y en ese ahora, sólo puede contemplar la belleza de los labios que se mueven mientras hablan, el sonido que emana de ellos, sólo puede concentrarse en el alma del otro que se devela y sale por sus ojos, y lo toca, él siente las caricias del alma y las de la piel. De repente mira al cielo mientras es abrazado o besado, ve que es luna llena, la tibia y tenue luz de un farol a lo lejos crea extrañas sombra en el suelo, escucha y contempla el movimiento de las ramas de un árbol agitadas por el viento, una flor, el eco de las voces y las risas alrededor, el corazón se le llena y el Cronopio piensa ¡Qué momento tan perfecto!.

Ese sentido poético del Cronopio, no sólo hace que este ser encuentre la belleza en sus instantes, la armonía en el caos, sino que también hace de él un ser un poco depresivo, el dolor también lo hace más grande, más profundo, más fuerte. Por cosas que los demás mortales no sufrirían, el Cronopio sufre, sufre más, sufre el doble. Probablemente la razón para que él sane y olvide más rápido es su forma de sufrir, lo hace más profundamente pero en más corto tiempo que los demás, hasta que él encuentre de nuevo algo que lo sorprenda. Como necesita poesía, necesita amor.

Los Cronopios son optimistas, ya que “no se desaniman porque creen firmemente que estas cosas les ocurren a todos y al final solo pueden admirar la belleza, duermen y sueñan para “levantarse contentisimos”. Esa es la razón por la cual a los Cronopios les encanta dormir y lo hacen con tanto gusto, pues una hora más de sueño, es una hora más de sueños. A los Cronopios, los reconforta su cama, se sienten libres y tranquilos. Entre las tibias cobijas, se imaginan en el vientre del universo, la cabeza en la almohada es un portal a los pensamientos, que a veces no los dejan dormir.

Para ellos no hay placer más infinito que soñar acompañados de su ser amado, dormir sintiendo el calor y el olor del otro cuerpo a su lado y por la mañana despertarse y verlo hasta en esa contemplación quedarse dormido de nuevo.

“Los Cronopios, esos seres desordenados y tibios, dejan los recuerdos sueltos por la casa, entre alegrías y gritos, y ellos andan por el medio y cuando pasa corriendo uno, lo acarician con suavidad y le dice: no vayas a lastimarte”. Los Cronopios cuidan de sus recuerdos, más nunca los retienen o atan, ellos permiten que sean libres, hasta de abandonarlos, pero siempre están abiertos a su regreso, y los cuidaran.

Los Cronopios no son ricos, básicamente porque para ellos no tienen sentido tener algo que no se usa. De igual manera son un poco distraídos, están cansados de un mundo acartonado y lleno de reglas que sólo se aplican cuando conviene. 

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