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domingo, 11 de octubre de 2020

Aprender

“Lo mejor para las turbulencias del espíritu, es aprender. Es lo único que jamás se malogra. 

Puedes envejecer y temblar, hablando; puedes velar en las noches escuchando el desorden de tus venas, puede que te falte tu único amor y puedes perder tu dinero por causa de un monstruo; puedes ver el mundo que te rodea, devastado por locos peligrosos, o saber que tu honor es pisoteado en las cloacas de los espíritus más viles. 

Sólo se puede hacer una cosa en tales condiciones: Aprender”.

M. Yourcenar 

sábado, 10 de octubre de 2020

If/ Rudyard Kipling


If you can keep your head when all about you
Are losing theirs and blaming it on you;
If you can trust yourself when all men doubt you,
But make allowance for their doubting too;
If you can wait and not be tired by waiting,
Or, being lied about, don't deal in lies,
Or being hated, don’t give way to hating,
And yet don’t look too good, nor talk too wise:

If you can dream—and not make dreams your master;
If you can think—and not make thoughts your aim;
If you can meet with triumph and disaster
And treat those two impostors just the same;
If you can bear to hear the truth you've spoken
Twisted by knaves to make a trap for fools,
Or watch the things you gave your life to broken,
And stoop and build 'em up with wornout tools;

If you can make one heap of all your winnings
And risk it on one turn of pitch-and-toss,
And lose, and start again at your beginnings
And never breathe a word about your loss;
If you can force your heart and nerve and sinew
To serve your turn long after they are gone,
And so hold on when there is nothing in you
Except the Will which says to them: "Hold on";

If you can talk with crowds and keep your virtue,
Or walk with kings—nor lose the common touch;
If neither foes nor loving friends can hurt you;
If all men count with you, but none too much;
If you can fill the unforgiving minute
With sixty seconds' worth of distance run
Yours is the Earth and everything that's in it,
And—which is more—you'll be a Man my son!


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Si...

Si puedes mantener la cabeza en su sitio cuando todos a tu alrededor
la pierden y te culpan a ti.
Si puedes seguir creyendo en ti mismo cuando todos dudan de ti,
pero también aceptas que tengan dudas.
Si puedes esperar y no cansarte de la espera;
o si, siendo engañado, no respondes con engaños,
o si, siendo odiado, no incurres en el odio.
Y aun así no te las das de bueno ni de sabio.

Si puedes soñar sin que los sueños te dominen;
Si puedes pensar y no hacer de tus pensamientos tu único objetivo;
Si puedes encontrarte con el triunfo y el fracaso,
y tratar a esos dos impostores de la misma manera.
Si puedes soportar oír la verdad que has dicho,
tergiversada por villanos para engañar a los necios.
O ver cómo se destruye todo aquello por lo que has dado la vida,
y remangarte para reconstruirlo con herramientas desgastadas.

Si puedes apilar todas tus ganancias
y arriesgarlas a una sola jugada;
y perder, y empezar de nuevo desde el principio
y nunca decir ni una palabra sobre tu pérdida.
Si puedes forzar tu corazón, y tus nervios y tendones,
a cumplir con tus objetivos mucho después de que estén agotados,
y así resistir cuando ya no te queda nada
salvo la Voluntad, que les dice: "¡Resistid!".

Si puedes hablar a las masas y conservar tu virtud.
O caminar junto a reyes, sin menospreciar por ello a la gente común.
Si ni amigos ni enemigos pueden herirte.
Si todos pueden contar contigo, pero ninguno demasiado.
Si puedes llenar el implacable minuto,
con sesenta segundos de diligente labor
Tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella, y —lo que es más—: ¡serás un Hombre, hijo mío!

viernes, 9 de octubre de 2020

Querido mundo



Querido mundo,
mis hijos quisieran conocerte,
mas no sé cuánto tiempo
le queda a tu hermosura.

He reservado un viaje por tu espalda
para que no se pierdan tus desiertos.
Quiero que lleguen hasta tus orejas
y se deslicen por tus pabellones
hasta llegar al corazón del eco,
que griten un “te quiero”
que tiemble el universo.

Quisiera que escalaran a tu cima
agarrando la trenza de tu pelo
y que se bañen en el lago nocturno de tus ojos,
antes de que se seque.

Querido mundo,
ojalá puedan adentrarse en la cueva de tu boca,
bajar por tu garganta
y llegar al cañón del colorado,
que oigan tu digestión desde su orilla.
Enséñales a trabajar la tierra,
que labren el bancal de tus mejillas.

Querido mundo,
quisiera que mis hijos naveguen algún día
por tus arterias,
que desemboquen en el mar del plata
y acaricien el lomo a las ballenas,
si quedan cuando lleguen.

Querido mundo,
tengo previsto para ellos
una excursión andando hasta tu ombligo.
Y si el humo no vence a las estrellas,
que se tumben un rato panza arriba,
en el suave colchón de tu barriga
y conversen con ellas.
Van a crecer corriendo,
les he dicho que hay prisa
quieren irse a las guerras
como glóbulos blancos
a ver si las detienen.

Querido mundo,
como me gustaría
que mis hijos llegaran a tus montañas blancas
para que soliciten audiencia a los pingüinos
Y antes de que te vistan de asfalto por completo,
busquen la soledad de tus caminos
y entiendan que esquivar a las hormigas
es una obligación del ser humano.

Querido mundo,
llévalos a la cuna de los lobos,
De los lobos que aúllan la paz en las colinas.
Que acaricien el pelo de los osos,
que se estremezcan
con la mirada azul de los gorilas.
A ver si diera tiempo
a que el Sol les caliente desde arriba…

Magdalena S. Blesa