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lunes, 5 de octubre de 2015

Número oculto, llamada perdida




Después de un tiempo se volvieron a llamar
¿eh cómo estás, cómo te va?

se oyó un ¡ah eres tú! ¿ocurre algo?

tras un silencio un llanto, y un corte en la línea,
el número oculto impidió devolver la llamada, continuar la conversación,
pero yo puedo deciros cómo siguió después.

Todo lo que estoy haciendo es defenderme de ti,
quienes me visitan a medianoche me dan malos consejos y me roban el sueño,
he puesto una televisión en la habitación
acaricio el mando a distancia como si fuera tu mano, las teclas de tus dedos para cambiar mi canal.
El otro día fui a... estuve con... el otro día ví.

Tengo trabajo pendiente: tengo que arrastrarme hasta otra etapa, hasta la próxima generación
esperar a que en el archivo me guarden como a un documento histórico
que solo los especialistas y los muy interesados consultarán.
Tengo que enterrar a mis padres, que intentar dejar arreglados los papeles, dicen que después tienes menos problemas.

Tengo una sacudida de vez en cuando, ya sabéis, eso que nos pasa a algunos, algunas veces, en el momento más confiado.

Tengo la presa hasta arriba, puedo escuchar cómo alguien me advierte.

El volante de mi coche sabe dónde llevarme cuando se nubla mi vista,
dónde debo poner aquella canción, cuando tú me decías que subiera la ventanilla.

Creo que hoy es lunes, ¿cómo estás cariño? nos estamos haciendo de hierro si somos capaces de aguantar esto.

No es bueno estar solo con una botella, con un teléfono
te puede dar por hacer llamadas perdidas a números ocultos
que todos ven menos tú.

Pero dime ¿cómo te encuentras? ¿has conocido a alguien que te haga feliz? bueno ya sabes que no es fácil guardar el equilibrio, a algo hay que renunciar o conseguirlo en otro sitio.

No nos hubiera ido tan mal, nos hubiéramos cambiado de piso, hubiéramos envejecido, hubiéramos conseguido no traer más pena al mundo,
sí, sabíamos cómo hacerlo.

Así es como ocurrió
así es como se cuenta una nueva mentira para seguir tirando,
de algo me tenía que servir la poesía.

Juan Leyva 

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