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martes, 7 de noviembre de 2017

Ser de agua. Sara Méndez

“La cura para todo es siempre agua salada: el sudor, las lágrimas o el mar"
Isak Dinesen

Tú no puedes entenderlo, pero cuando siento los pies pesados y débiles de puro desaliento, me lanzo al agua y adquiero la misma ligereza que los peces escabulléndose de un tiburón resentido; cuando de puro dolor me falta el aire y me ahogo en la soledad de una habitación repleta de gente, sumerjo la cabeza en el agua y arranco a respirar con la misma libertad que un delfín en alta mar; cuando mi cuerpo hierve con fiebre de pura nostalgia, me zambullo en el agua y en ella se extingue el fuego que aviva las ausencias, tal como sofoca una tormenta de verano un bosque ardiente. Tú no puedes entenderlo, pero la tierra quemada sabe de ese agua que limpia y renueva la piel después de cada agravio, de cada desencanto, de cada humillación, la tierra ensordecida sabe del sonido sereno del agua que te cubre como un eco, del manto protector con que te envuelve, cada gota de lluvia, en una niebla húmeda que no atraviesa el miedo.

Tú no puedes entender la aquietada vida bajo el agua, el tiempo bajo el agua compuesto, no por horas, minutos ni segundos, sino por espectros bañados de esperanza, pulsiones de perdón, latidos de un renacimiento. Si eres capaz de entender que el agua haga brotar una hoja verde en una rama medio muerta, y nazca una nueva flor en un jardín descuidado, o que la hiedra trepe por la tapia de una ruina, entonces no es tan difícil que en la superficie del agua revivan las sonrisas borradas ayer por un error, por un descuido, por simple dejadez. Me gustaría poder enseñarte todos los sonidos, todas las voces que susurran bajo el agua, las voces de algunos que se fueron, las voces de otros que aún están por llegar y ya te van llamando, y que el estruendo de los días apenas permiten escuchar.

Enseñarte también a sentir la caricia que recorre la piel como terciopelo húmedo, como el sudor en las manos de un amante olvidado, enseñarte a sentir esa lengua mojada que explora cada oquedad de los cuerpos desnudos.

Quisiera compartir la eternidad de un instante bajo el agua contigo, que la fuerza del agua derribase la nada que nos separa, de mi aliento a tu boca insuflar la tormenta que te despierte y jugar a pintar con colores el vacío en los ojos, a la sombra del agua.

lunes, 9 de octubre de 2017

Ausencia. Joseph Brodsky



Querida, era muy tarde hoy cuando salí de la casa

para aspirar un poco de aire fresco del océano.

Se quemaba el ocaso como un abanico chino estremecido

y los nubarrones se elevaban como la cola

de un piano negro de concierto.

Veinticinco años atrás te ponían loca los dátiles,

dibujabas con tinta, cantabas un poquito,

te divertías conmigo y te fuiste con un ingeniero químico.

Las cartas dicen que hoy eres tenazmente tonta,

que te ven en las iglesias de provincia

y en las de la capital.

Vas a las misas por amigos comunes

que no volverán a tu vecindad.

Y estoy contento de que no haya en el mundo

tanta distancia como la que nos separa a los dos

No me entiendas mal. Ya nada me une

a tu cuerpo, a tu nombre, a tu voz.

Nadie los ha destruido. Fíjate.

Pero por lo menos para olvidar una vida

uno requiere de otra y para mi eso fue cosa vivida.

Tuviste suerte también, ¿dónde más sino en la fotografía

seguirás siendo siempre joven, sin arrugas, ligera?

pues el tiempo enfrentado a los recuerdos

se da cuenta de su falta de derechos.

Fumo en las sombras y aspiro el hedor de la marea.




Joseph Brodsky

jueves, 5 de octubre de 2017

Los hombres/ Maya Angelou



Cuando era joven, tenía la costumbre de mirar

detrás de las cortinas

a los hombres que iban y venían por la calle. Hombres viejos, borrachos.

Hombres jóvenes, más ácidos que la mostaza.

Los veía. Los hombres siempre

están yendo a alguna parte.

Ellos sabían que yo estaba ahí. Con quince

años, y famélica.

Se paraban debajo de mi ventana

con los hombros en alto, como los

pechos de una adolescente,

y la cola del traje palmeándoles

las nalgas,

los hombres.




Un día te toman con delicadeza

entre sus manos, como si

fueras el último huevo crudo de la tierra. Después

aprietan. Un poquito nomás. El

primer estrujón es agradable. Un abrazo rápido.

Suaves hasta tu indefensión. Un poquito

más. Y empieza a doler. Te arrancan una

sonrisa que patina en el miedo. Cuando

se acaba el aire,

el cerebro te explota, estalla breve y feroz

como la cabeza de un fósforo. Hecho trizas.

Es tu jugo

el que baja por sus piernas. Manchándoles los zapatos.

Mientras la tierra vuelve a enderezarse

y el gusto trata de retornar a la lengua,

tu cuerpo ya se cerró. Para siempre.

No existen llaves.




Después la ventana se cierra toda sobre

tu mente. Ahí, detrás

del oscilar de las cortinas, caminan los hombres.

Sabiendo algo.

Yendo a alguna parte.

Pero esta vez, nada más voy a

pararme y mirar.




A lo mejor.

lunes, 2 de octubre de 2017

Deseo que...

"Te deseo que tengas muchas dudas, una vida llena de interrogantes que te hagan pensar y tirar cosas que guardas pero que ya no te valen, que tu vida nunca se asiente más en pilares inamovibles, que el viento te afecte, te tumbe y que la desgracia pueda tocarte para que puedas descubrir realmente quién eres ."

sábado, 26 de agosto de 2017

Consejo a una chica/ Sara Teasdale



"Consejo a una chica" - Sara Teasdale

© Traducción de Juan Carlos Villavicencio


"Nadie que valga la pena poseer

puede ser totalmente poseído:

guarda eso en tu corazón,

enojada y joven querida mía.

Esta verdad, esta dura y preciosa piedra,

ponla en tu mejilla caliente,

deja que oculte tu lágrima.

Sostenla como un cristal

cuando estés sola

y mira en las profundidades de la piedra que

es de hielo.

Por mucho tiempo, mírala por mucho 

tiempo y serás bendecida:

nadie que valga la pena poseer

puede ser totalmente poseído."

sábado, 19 de agosto de 2017

Estar enamorado



Estar enamorado, amigos, es encontrar
el nombre justo a la vida.
Es dar al fin con las palabras que para hacer
frente a la muerte se precisa.
Es recobrar la llave oculta que abre la cárcel
en que el alma está cautiva.
Es levantarse de la tierra con una fuerza que
reclama desde arriba.
Es respirar el ancho viento que por encima de la carne respira.
Es contemplar, desde la cumbre de la persona, la razón de las heridas.
Es advertir en unos ojos una mirada verdadera que nos mira.
Es escuchar en una boca la propia voz
profundamente repetida.
Es sorprender en unas manos ese calor de la perfecta compañía.
Es sospechar que, para siempre, 
la soledad de nuestra sombra está vencida.





FL Bernardez

viernes, 11 de agosto de 2017

La soledad/ M.Benedetti

Ellos tienen razón
esa felicidad
al menos con mayúscula
no existe
ah pero si existiera con minúscula
seria semejante a nuestra breve
presoledad

después de la alegría viene la soledad
después de la plenitud viene la soledad
después del amor viene la soledad

ya sé que es una pobre deformación
pero lo cierto es que en ese durable minuto
uno se siente
solo en el mundo

sin asideros
sin pretextos
sin abrazos
sin rencores
sin las cosas que unen o separan
y en esa sola manera de estar solo
ni siquiera uno se apiada de uno mismo

los datos objetivos son como sigue

hay diez centímetros de silencio
entre tus manos y mis manos
una frontera de palabras no dichas
entre tus labios y mis labios
y algo que brilla así de triste
entre tus ojos y mis ojos

claro que la soledad no viene sola

si se mira por sobre el hombro mustio
de nuestras soledades
se verá un largo y compacto imposible
un sencillo respeto por terceros o cuartos
ese percance de ser buenagente

después de la alegría
después de la plenitud
después del amor
viene la soledad

conforme
pero
qué vendrá después
de la soledad

a veces no me siento
tan solo
si imagino
mejor dicho si sé
que más allá de mi soledad
y de la tuya
otra vez estas vos
aunque sea preguntándote a solas
que vendrá después
de la soledad.

jueves, 13 de julio de 2017

Ya basta de tragedias

Teatro del absurdo


En el segundo exacto en que aterrizó la bomba de Hiroshima

hubo alguien en algún lugar del mundo

que no podía abrir un bote de guisantes.

Mientras caen los cuerpos desde la planta 65 de las torres gemelas

en la planta 18 una mujer sale del baño y sonríe aliviada ante el espejo.

En el campo de concentración de Auschwitz-Birkenau

se eleva cada jueves una columna de humo negro

mientras en el roble más cercano es primavera

dos mariposas amarillas hacen el amor y son felices.

El mismísimo día del fin del mundo

se seguirán rompiendo los calcetines por el dedo gordo.

Pero bajemos a tu vida:

¿Recuerdas el momento en que comprendiste

que habían dejado de quererte?

La noche interminable

bajo el cielo intoxicado de septiembre

y aquel sabor a wiski y aquella horrible telaraña,

pues al día siguiente aunque ya no lo recuerdes

el sol saltó del horizonte como un niño de la cama

te cepillaste los dientes como siempre

y luego pisaste un chicle de camino al metro.

Después de tu muerte o de la mía,

ojalá que sea dentro de muchos años,

ese mismo día por la noche

seguirá estando rica la tortilla de patata

alguien que nos quiso con locura volverá del tanatorio

se rascará la espalda y encenderá la tele a ver qué ponen.

Detrás de cada aquíyahora

siempre hay un allídespués agazapado

unos metros más allá de lo terrible

habrá alguien que silbe

dé una patada a alguna piedra

y siga caminando.

Empezamos a intuirlo

la gran tragedia humana

no es que echemos de menos un guión bien construido

ni un teatro mejor iluminado

ni siquiera que nos falte el Director de escena

la verdadera gran tragedia es sencillamente eso

que no hay tragedia.




Miguel Martínez López

En 'Viajes a una fresa', 2015.

jueves, 6 de julio de 2017

Te digo adiós - Jose Ángel Buesa

Te digo adiós, y acaso te quiero todavía.
Quizás no he de olvidarte, pero te digo adiós.
No sé si me quisiste... No sé si te quería...
O tal vez nos quisimos demasiado los dos.

Este cariño triste, y apasionado, y loco,
me lo sembré en el alma para quererte a ti.
No sé si te amé mucho... no sé si te amé poco;
pero sí sé que nunca volveré a amar así.

Me queda tu sonrisa dormida en mi recuerdo,
y el corazón me dice que no te olvidaré;
pero, al quedarme solo, sabiendo que te pierdo,
tal vez empiezo a amarte como jamás te amé.

Te digo adiós, y acaso, con esta despedida,
mi más hermoso sueño muere dentro de mí...
Pero te digo adiós, para toda la vida,
aunque toda la vida siga pensando en ti. 

miércoles, 5 de julio de 2017

Desayuno - Jacques Prévert





"Echó café

en la taza.

Echó leche

en la taza de café.

Echó azúcar

en el café con leche.

Con la cucharilla

lo revolvió.

Bebió el café con leche.

Dejó la taza

sin hablarme.

Encendió un cigarrillo.

Hizo anillos

de humo.

Volcó la ceniza

en el cenicero

sin hablarme.

Sin mirarme

se puso de pie.

Se puso

el sombrero.

Se puso

el impermeable

porque llovía.

se marchó

bajo la lluvia.

Sin decir palabra.

Sin mirarme.

Y me cubrí

la cara con las manos.

Y lloré".

jueves, 15 de junio de 2017

Cuídate de esa mujer



Me dijeron:
-Cuidado con esa, que está loca.-

Y yo, sin pensarlo un instante, me asomé a esa mujer,
como quien contempla un precipicio
venciendo el vértigo y la náusea.
Abracé el desorden de su pelo y de su cama,
apaciguando el ruido
y perfilando sus sombras para que pudiera nombrarlas.
Monté guardia noche tras noche a los pies de su lecho,
para que perdiera el miedo a abandonarse al sueño y a abandonarse a mí.
Con el dedo índice, escribí su nombre en la palma de mi mano
y al cerrar el puño la tuve para siempre en mi bolsillo.
Bastó tenacidad, adoración y un pequeño truco de magia.
No sé si fue una insensatez,
pues presumo de ser alguien muy cuerdo,
pero me advirtieron que me cuidara de ella,
y sin embargo la cuidé.


Ana Elena Pena del libro "Vamos a follar hasta que nos enamoremos"

lunes, 17 de abril de 2017

No te vas



"¿Y tú te vas? ¿Te vas?... No, no te vas: yo te retengo... Me dejas tu alma entre las manos como si fuera un manto."


M. Yourcenar

lunes, 27 de marzo de 2017

¿Por qué decidiste permanecer pobre dejándome a mí tan rico?


"- No me acuerdo de vos, tengo muy mala memoria, ¿Quién eres? No me acuerdo.
- Quiero que me relates tu último optimismo, yo te ofrezco mi última confianza.
- La esperanza tan dulce tan pulida, tan triste , la promesa tan leve no me sirve.
- Aunque sea un trueque mínimo debemos cotejarnos.
- Estás sola, estoy solo, por algo somos prójimos, la soledad también puede ser una llama....
- No me quieras, por favor, no me quieras, no me quieras, no me quieras."


- Te quiero.....pero puedo quererte sin tenerte...hemos volado juntos, ¿qué más hace falta?"

- Es mejor herido que dormido como hasta ahora, a veces una herida es necesaria para sentir que estás vivo. Es esto el amor, mi estúpida muerte, es esto"

- Me partiste el corazón pero al herirlo lo creaste. Nunca hubiera podido pagarte esto que hiciste en mí. Iluminaste el lado oscuro de mi corazón, ¿Por qué decidiste permanecer pobre dejándome a mí tan rico?"


-El lado oscuro del corazón-. 1993

domingo, 26 de febrero de 2017

Opiniones- Juan Gelman

Un hombre deseaba violentamente a una mujer,
a unas cuantas personas no les parecía bien,
un hombre deseaba locamente volar,
a unas cuantas personas les parecía mal,
un hombre deseaba ardientemente la Revolución
y contra la opinión de la gendarmería
trepó sobre muros secos de lo debido,
abrió el pecho y sacándose
los alrededores de su corazón,
agitaba violentamente a una mujer,
volaba locamente por el techo del mundo
y los pueblos ardían, las banderas.

El alma hecha un ovillo



sábado, 11 de febrero de 2017

Seres que son únicos



“Voy a morir. No me quejo de una suerte que comparto con las flores, con los insectos y con los astros. En un universo en donde todo pasa como un sueño, sentiría remordimientos de durar para siempre. No me quejo de que las cosas, los seres, los corazones, sean perecederos, puesto que parte de su belleza se compone de esta desventura. 
Lo que me aflige es que sean únicos. 
Antaño, la certidumbre de obtener en cada instante de mi vida una revelación que no se renovaría nunca, constituía lo más claro de mis secretos placeres: ahora muero confuso como un privilegiado que ha sido el único en asistir a una fiesta que se dará sólo una vez. 
Queridos objetos, no tenéis por testigo sino a un ciego que muere… otras mujeres florecerán, igual de sonrientes que aquellas que yo amé, mas su sonrisa será diferente, y el lunar que me apasiona se habrá desplazado en su mejilla de ámbar la distancia de un átomo. 
Otros corazones se romperán bajo el peso de un insoportable amor, mas sus lágrimas no serán nuestras lágrimas. 
Unas manos húmedas de deseo continuarán juntándose bajo los almendros en flor, pero la misma lluvia de pétalos nunca se deshoja dos veces sobre la misma ventura humana. 
¡Ay! me siento igual que un hombre arrastrado por una inundación y que quisiera hallar al menos un rinconcito de tierra seca donde depositar unas cuantas cartas amarillentas y algunos abanicos de marchitos colores…”.

Marguerite Yourcenar en su libro “Cuentos Orientales"


miércoles, 1 de febrero de 2017

Adiós, Tristeza- Mario Benedetti




Ahora tienes que irte de mi corazón, tristeza
ya no me gustas.
Ella, ¿te acuerdas todavía?,
trajo en su mano tu mirada de ceniza.
Ahora se ha marchado, tristeza,
con nuestra tarde en su alma.

Si ya no están sus ojos, fíjate.
Si hace falta su voz.
Si sus dedos de luna
ya no maduran su ternura en mi piel.
¿Para qué vas a quedarte?
Con ella se fue también tu dulzura,
suave y tranquila.

Sabes,
es muy amargo despertar para ver todo el tiempo tu rostro,
tu gesto gris, empeñado en ser amable conmigo,
en ser amable, muy amable.

Pero ella no está más para mi pecho,
y el día ya no tiene el camino
que llegaba siempre a sus morenos territorios.
Es muy áspera la tarde
en la que nadie los espera.

Romper la costumbre de tus labios
me ha costado mucha edad, por eso
es inútil que te quedes, tristeza
Hombres como yo, no pueden llorar
o estar todo el tiempo contigo.
Afuera, arde la historia, el aire, las naciones.
Pasan los pueblos
con el alba en las manos.

Surge, desde el martirio,
un viento de ojos claros.
Un nuevo canto de dignidad
baja del hombre a las estrellas.
Y como en una hoguera,
el odio se consume sin descanso.

Hay voces que se escuchan
en donde antes todo era silencio.
Sobre los hombros del pueblo
la noche se resquebraja,
y la mañana despunta en el asombro de todos.

Afuera, cada suceso cotidiano
tiene la digital del tiempo.
Y mientras tanto, tristeza,
yo no puedo llorar toda la vida su partida,
ni quedarme contigo.

Ha llegado tu hora, tristeza,
y tienes que irte de mi corazón.
Algún día nos veremos de nuevo.
Tal vez cuando ella vuelva,
y ya nada me importe su náufrago retorno.

Adiós, Tristeza,
olvídate de mí.

domingo, 29 de enero de 2017

Cállate y escucha.- Sara L. Méndez



Poder decir algo interesante, eso me gustaría. Decir un grito espantoso y dar un susto de muerte, por ejemplo. Un chillido que despertase conciencias dormidas o pulverizase corazones de piedra. Pero esta voz no es tan fuerte ni tan nueva y lo que diga será una opinión más de tantas como las que se escuchan a todas horas. Sería un ruido más entre el ensordecedor murmullo de este enjambre de abejas laboriosas y zumbonas. Alguna servilleta arrugada y sucia de lágrimas de impotencia en la papelera u otro fantasma deambulando perdido en las redes por las que nos dejamos arrastrar buena parte de días y noches. Tener algo que decir original o no decir nada. Y no hay nada nuevo bajo el sol, así que cállate, me digo. Aprende de ese árbol que no necesita hablar. Y de tu perro, que no tiene vanidad. Suplica porque te sea concedido el silencio del caracol que se arrastra con dignidad de caracol. Los envidio.

Porque el silencio dice más que las palabras cuando de tantas que se amontonan pierden el sentido. Y ya hay exceso de palabras e imágenes de demasiados opinantes, influencers, youtubers, expertos, tuiteros o tertulianos varios, lo que sean. Incluso hay demasiadas palabras mías, demonios. “Todo el mundo tiene una opinión, igual que un culo” dice el dicho. De tanto ruido empiezan a explotar las cabezas y vomitan rabia y dolor salpicando a cualquiera que ande cerca. Y es contagioso. La gente habla y habla y grita y grita y no dice nada. O poco, seamos justos. O basura, que también.


Se documenta la vida como si la vida fuese una serie de fotografías o de videos o de citas prestadas o robadas. Quién sabe ya que es lo importante cuando nadie se atreve a verse en los ojos del otro. Ni en los propios. Se confunde lo real con la ficción o la ficción se empieza a convertir en realidad. O se convierte la realidad en ficción a través del filtro de cámaras y teclados. ¿Cómo distinguirlo en este mundo esquizofrénico? ¿Eres ese tú o eres el de la foto en la que no te reconoces porque ya no te miras ni siquiera en el espejo si no es a través de los filtros de tu smartphone? ¿Ese hombre se está ahogando de verdad en el Gran Canal de Venecia o es una actuación para disfrute de los presentes y ser grabada en un vídeo viral que hará “arder las redes”? ¿Lucimos un lazo por el cáncer de mama y lloramos en cada deceso de famoso opinando hasta la náusea sobre su vida y su muerte de la que no sabemos nada? ¿Lamentamos el asesinato de otra mujer mientras nos suicidamos lentamente en busca de una falsa perfección que no existe? ¿Nos mesamos los cabellos recordando el Holocausto judío en su aniversario dando la espalda a los genocidios que tienen hoy lugar delante de nuestras narices? ¿Somos unos hipócritas o estamos perdiendo la humanidad en una guerra sibilina contra la humanidad? No lo sé, enmudezco a pasos agigantados y solo puedo decir “por favor, cállate y escucha un rato el silencio”. O la música, vale. O, ¡por todos los cielos!, reíd.




Dame cercanía y calor que si lo que quiero son palabras me abro un libro..

viernes, 20 de enero de 2017

Abdicar de la vida

"Actualmente trabajamos más horas que un esclavo romano, pero creemos que vivimos en una sociedad superlibre. No tenemos tiempo de ver a los amigos, de reflexionar en voz alta con ellos, ni de estar con nuestros hijos, estar de verdad. Hay que madrugar, no tenemos tiempo de hacer el amor con la persona que hemos elegido: la pasión se marchita. 
Lunes, martes, miércoles, jueves.... La rutina engulle nuestra vida a cambio de algún capricho, otro jersey negro que luciremos en la oficina, un mes de vacaciones, un coche nuevo para el atasco del domingo. 
Siento amargarte el desayuno, pero ¿eso es vivir?... ¿Abdicar de la vida para que tus hijos abdiquen el día de mañana de la suya? Mi gato vive mejor."

Antonio Fornés.

lunes, 16 de enero de 2017

Domingo de soledad

El domingo es ese día donde no se sabe cuál soledad es más grande: la de quien vive sin nadie a su alrededor o la de quien se rodea de gente para no estar consigo mismo..

viernes, 13 de enero de 2017

Be nice

El mundo está lleno de gente agradable.
Si no puedes encontrar una, sé una. 

martes, 10 de enero de 2017

Suplicaréis clemencia



"Debo confesar que me impresiona
vuestra capacidad para ir tirando,
capear el temporal y ser felices
con cuatro extremidades, cinco sentidos,
y aguantar ochenta y dos años de media.

Admito que quisiera tener vuestra solvencia
para coger el aire y expulsarlo
sin apenas darnos cuenta,
y ese discurrir fluido y calmo
entre las cuatro estaciones de siempre.

Es verdad que envidio vuestra destreza
para abrir el paraguas cuando llueve
y el estoicismo con que esperáis
los medios de transporte en los andenes.

Con toda la humildad que me permite
el asco que me dais, quiero saber, de una vez,
cómo lo hacéis vosotros
para no moriros de pena."




Víctor Martín Iglesias. 

viernes, 6 de enero de 2017

Qué fue de los cantautores?- Luis Pastor




Eramos tan libertarios,
casi revolucionarios,
ingenuos como valientes,
barbilampiños sonrientes
lo mejor de cada casa.
Oveja negra que pasa
de seguir la tradición
balando a contracorriente
de la isla al continente.
Era la nueva canción.

Éramos buena gente,
paletos inteligentes,
barbudos estrafalarios,
obreros, chicos de barrio,
progres universitarios,
soñando en una canción,
y viviendo la utopía
convencidos de que un día
vendría la revolución.

Aprendiendo a compartir
la vida en una sonrisa,
el cielo en una caricia,
el beso en un calentón,
fuimos sembrando canciones
en esta tierra baldía,
y floreció la poesía
y llenamos los estadios
y en muchas fiestas de barrio
sonó nuestra melodía.

Tardes y noches de gloria
que cambiaron nuestra historia.
Y este país de catetos,
fascistas de pelo en pecho,
curas y monjas serviles,
grises y guardias civiles,
funcionarios con bigote
y chusqueros con galón,
al servicio de una casta
que controlaban tu pasta
tu miedo y tu corazón.

Patriotas de bandera,
españoles de primera,
de la España verdadera
aquella tan noble y fiera
que a otra media asesinó
brazo en alto y cara al sol,
leales al movimiento
a la altura y al talento
del pequeño dictador
que fue Caudillo de España
por obra y gracia de dios.

Toreando en plaza ajena
todo cambió de repente,
los políticos al frente
de comparsa y trovador.
Se cambiaron las verdades:
"tanto vendes tanto vales",
y llegó la transición:
La democracia es la pera.
Cantautor, a tus trincheras
con corona de laurel
y distintivo de honor
pero no des más la lata
que tu verso no arrebata
y tu tiempo ya pasó.

¿Qué fue de los cantautores?
Preguntan con aire extraño
cada cuatro o cinco años
despistados periodistas
que nos perdieron la pista
y enterraron nuestra voz.
Y así van para más de treinta
con la pregunta de marras
tocándome los bemoles

Me tomen nota señores
que no lo repito más:
Algunos son diputados,
presidentes, concejales,
médicos y profesores,
o ejerciendo asesoría
en la sociedad de autores.
Otros están y no cantan,
otros cantan y no están.
Los hay que se retiraron,
algunos que ya murieron
y otros que están por nacer.

Jóvenes que son ahora
también universitarios,
obreros, chicos de barrio
que recorren la ciudad.
Un Cd debajo el brazo,
la guitarra en bandolera,
diez euros en la cartera,
cantando de bar en bar.
O esos raperos poetas
que es su panfletos denuncian
otra realidad social.

¿Y mujeres? Ni se sabe.
Y sobre todo si hablamos
de las primeras gloriosas
que tuvieron los ovarios
y el coraje necesario
de subirse a un escenario
de aquella España casposa.

¿Qué fue de los cantautores?
Aquí me tienen señores
como en mis tiempos mejores
dando al cante que es lo mío.
Y aunque en invierno haga frío
me queda la primavera,
un abril para la espera
y un Grandola en el corazón.

¿Qué fue de los cantautores?
Aquí me tienen señores
aún vivito y coleando
y en estos versos cantando
nuestras verdades de ayer
que salpican el presente
y la mierda pestilente
que trepa por nuestros pies.

¿Qué fue de los cantautores?
De los muchos que empezamos,
de los pocos que quedamos,
de los que aún resistimos,
de los que no claudicamos,
aquí seguimos.
Cada uno en su trinchera
haciendo de la poesía
nuestro pan de cada día.
Siete vidas tiene el gato
aunque no cace ratones.

Hay cantautor para rato.
Cantautor a tus canciones.
Zapatero a tus zapatos.

Sentirse amado- Heike Freire


jueves, 5 de enero de 2017

Pipas- Hovik Keuchkerian

En mis noches de no viajar a la cerrazón de mis párpados, en los latires de mi alma deshuesada de huesos huecos, en mis dolores con sabor al parto del albor de los tiempos, en los escondites donde busco mi yo secreto, en mis noches que son mujeres diablesas de ordeno y mando, en mis dormires con sabor a placenta, a preparto, en mis caminares sonámbulos de peregrino aletargado al grito de «¡apártense que me caigo!», siento unos ojos con clavos por pupilas follándose mi espalda, tatuando mi piel con palabras que dicen: «te estoy mirando». Te estoy mirando y babeo babosas bastardas esperando que tropieces para comerme tu corazón. Cuando estés de rodillas mi lengua se hará piedras y te lapidaré.  Sonrío. Sonrío ahora sólo para mí. Sonrío sin gesto, sin mueca, sin nada que no sea pintar mi cara con un lápiz de besos. Sonrío porque de todos los ojos clavados en mi espalda con los que he compartido camino esperando que tropiece, mi corazón ya se hizo costra, amigo. Amigo parásito. No podéis hacerme daño, ya no. Quiero volver a creer en el hombre. Con mis fallos por bandera y mis éxitos olvidados renaceré para mirarme a los ojos y saber que puedo seguir soñando con paseos de viejos de la mano, con amaneceres hundidos en abrazos largos, con palabras que pesen sin contratos de por medio, con charlas que a la nada lleven y que la nada traigan, con eclipses que por un segundo oscurezcan mi nostalgia con amores de verdad con sexo del bueno por supuesto. Si no, no son amores, son cuentos de trovador, de titiritero venido a menos, de marioneta estéril de movimiento. Quiero volver a creer en mí, En los abrazos de pecho a pecho, en mi presente, en mi estomago, en mi fuerza, en mi condición humana. Quiero limpiar mi mente de venenos traicioneros, que mi alma sea de nuevo el timón de mi velero. Ser lo que nunca fui y lo que siempre he sido sin saberlo, ser brasa, llama, rescoldo, broza reencarnada. Quiero ser una única alma con el resto de las almas que me hablan. Con las mudas también que aunque no digan palabras les tiembla la garganta. Quiero sentir como en mi parto pretérito la fuerza de los primeros pasos, el desconcierto con sabor a «ya estoy aquí, que tiemblen los cimientos de mi futuro que ya los sujetare yo a la medida de mi paso». Soñaré con ser todos la misma alma, el mismo latir, el mismo cauce del río, y hasta el mismo río. Soñaré con eyacular en el mar mis esperanzas y las vuestras desde el mismo pene. Y en el salitre de la vagina del gran azul engendrar un niño grande que nos cante nanas, nos dé calor, cuando ya seamos grandes hombres libres, presos respetables. Soñaré con que la codicia cumpla integra su condena, cadena perpetua para todo lo que no sea remar hacia la paz eterna. Soñaré en mis sueños, escupiéndolos a los cuatro vientos. Soñaré hermanos para no morir sin haber vivido. Soñaré para renacer en infinitas vidas y ser inmortal. Soñaré con cumplir todos años a la vez para iluminar el mundo con dulces velas de colores, para soplar deseos a millones cerrando los ojos. Sí, cerrando los ojos sin contar los deseos que si no, no se cumplen. Durmamos esta noche cogidos de las manos, compartamos nuestros sueños, pesadillas, temblores y paseos sonámbulos. Y mañana, al despertar, seamos todos hermanos. Me columpio en los hilos de mi saliva al escupir al cielo, mi silla vuelca. Caigo en un charco de sueños que se hacen pesadillas cuando despierto. Me alejo. Me giro. Me revuelvo. Y en mi reverso sonrío al ver a un niño grande contándole cuentos  al amuleto que cuelga de su pecho. Y entonces miro en mis adentros, en mis recovecos,  sabiendo que conociendo mi interior el mundo será un lugar pequeño. Me columpio en los hilos de mi saliva al escupir al cielo, mi silla vuelca. Caigo en un charco de sueños que se hacen pesadillas cuando despierto. Me alejo. Me giro. Me revuelvo. Y en mi reverso sonrío al ver a un niño grande contándole cuentos  al amuleto que cuelga de su pecho. Y entonces miro en mis adentros, en mis recovecos,  sabiendo que conociendo mi interior el mundo será un lugar pequeño. Hay un lugar. Sé que hay un lugar dentro de mi sangre piel y huesos, donde los cansancios se mueren cuando me levanto, donde la fuerza no caduca y el engaño sabe raro como el abuso barato, donde las resacas con ojeras forman parte de tu calendario pasado. Sé que hay un lugar donde dios abrió sus ojos en los albores del sol naciente, donde las noches traen luz, donde los días quieren anochecer sintiendo ser la misma cosa, sintiendo ser amantes otra vez. Sé que hay un lugar donde los cimientos son viento en silencios que aman mundos, donde cantan luces de colores, donde llueven gotas de vino, donde viven niños sin hambre en cuevas hechas de aire. Donde la derrota se extinguió en destinos escritos con caricias, donde escribir es desnudar tu alma, donde ríes lágrimas en tu boca, donde lloras sonrisas en tus ojos, donde llorar y reír son hermanos, donde alguien nunca será nadie jamás. Sé que hay un lugar con espaldas sin nada marcado donde se reza por el vecino, donde la igualdad tiene su iglesia, donde la verdad es religión, donde la honestidad es doctrina, donde sueñas antes de nacer, donde vuelves porque nunca naciste. Sé que hay un lugar dónde no tengo que ser yo por serlo sin quererlo en fuegos que consumen heridas en hogueras que sólo dan luz en la pureza de no tener valor, donde sin respirar duermes caliente. Sé que hay un lugar  donde las almas hacen corros alrededor de la misma ilusión, donde la ilusión es una niña bonita en brazos de un único dios, donde el viento lo puedes ver, donde la eternidad tiene rostro. Sé que hay un lugar donde estoy sentado al sol esperándome comiendo pipas. Haciendo montones de cáscaras, resecos ya los labios. Sonriendo. Sólo para decirme a mi mismo: – ¿Por qué has tardado tanto, grandullón? – ¿Por qué?  ¿Por qué, dices? Porque estaba dando vueltas de peonza desgastando la punta de mis latires en una celda sin cerrojo, ni rejas, ni carcelero. Sin sentencia. Porque estaba perdido a la deriva flotando en un mar en cólera, seco de liquido, seco de corales de peces de colores en las mareas agrestes de mis pasos, haciendo equilibrios en los desiertos de mi bosque encantado. Aún no he llegado. Es mi sombra lo que ves. Yo aún tardaré un rato largo en llegar si los tropiezos que yo mismo invento no logran de nuevo frenar mi ascenso. Guárdame unas pipas que llegaré con sed. Y no se le niegan pipas a un sediento.