En algún lecho del golfo de Corinto, una mujer contempla, a la luz del fuego, el perfil de su amante dormido.
En la pared, se refleja la sombra.
El amante, que yace a su lado, se irá. Al amanecer se irá a la guerra, se irá a la muerte. Y también la sombra, su compañera de viaje, se irá con él y con él morirá.
Es noche todavía. La mujer recoge un tizón entre las brasas y dibuja, en la pared, el contorno de la sombra.
Esos trazos no se irán.
No la abrazarán, y ella lo sabe. Pero no se irán.
Espejos- E.Galeano
1 comentario:
Pienso lo que diría el poeta:
Je, el arte de dibujarte, el arte de la tristeza..., el arte del recuerdo... Prefiero contemplar y disfrutar lo vivo, antes que quedarme con el arte de la escultura muerta, la pintura seca o la arquitectura sedentaria.
Prefiero contemplar lo vivo, prefiero quedarme con la escultura de tu cuerpo entre mis dedos, con la pintura fresca de tu pintalabios sobre los míos, con la arquitectura de tus huesos acariciando mi soledad...
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