En todos mis sueños el mismo guión: te perdías, te buscaba desesperada y siempre terminaba encontrándote.
Te cogía entre mis brazos y despertaba.
Yo era la heroína de mis propios sueños.
Anoche te perdiste de nuevo.
Y te encontré de noche, deambulando torpemente entre las cenizas de la chimenea de una casa antigua que no reconozco.
Cuando te tenía frente a mi, sujeta entre mis manos,
me di cuenta que tu cuerpecito era muy pequeño, casi diminuto.
Tenías manchas de sangre pegadas en tu pelo,
seguí su rastro con la mirada hasta encontrarme con tu cabecita girada a un lado, con el cuello retorcido.
Parecías un peluche roto.
En ese mismo instante desperté y tristemente entendí que ya no habrán más sueños con finales felices.
Y despierta, seguí llorándote.
Te cogía entre mis brazos y despertaba.
Yo era la heroína de mis propios sueños.
Anoche te perdiste de nuevo.
Y te encontré de noche, deambulando torpemente entre las cenizas de la chimenea de una casa antigua que no reconozco.
Cuando te tenía frente a mi, sujeta entre mis manos,
me di cuenta que tu cuerpecito era muy pequeño, casi diminuto.
Tenías manchas de sangre pegadas en tu pelo,
seguí su rastro con la mirada hasta encontrarme con tu cabecita girada a un lado, con el cuello retorcido.
Parecías un peluche roto.
En ese mismo instante desperté y tristemente entendí que ya no habrán más sueños con finales felices.
Y despierta, seguí llorándote.
2 comentarios:
¿El texto es tuyo? Independientemente del dolor, es realmente precioso
Gracias Josu. Sí, es un texto mío.
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