Mi manera de amarte es sencilla:
te aprieto a mí como si hubiera un poco de justicia en mi corazón
y yo te la pudiese dar con el cuerpo.
Cuando revuelvo tus cabellos
algo hermoso se forma entre mis manos.
Y casi no sé más.
Yo sólo aspiro a estar contigo en paz
y a estar en paz con un deber desconocido
que a veces pesa también en mi corazón.
Antonio Gamoneda
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