"Las camas están hechas para dos, incluso las más pequeñas.
Tres en una cama no se hace, no se dice, no se usa.
Elija a uno y que el otro duerma en el piso, en el patio, en otra casa. En otro corazón.
Porque al corazón se lo pueden romper en mil pedazos, porque eso es sano.
Está de moda.
Pero elegir dividir el corazón no se hace, no se dice, no se usa. Dividir es más barato que romper, pero romper es lo que se estila. Las camas están hechas para dos.
Uno es muy poco, pero tres son demasiados.
El código es binario. El código es estricto.
Quiere tener un hijo pero todavía no tiene con quién.
Tenerlo sola es muy poco, tenerlo de a tres es muchísimo.
Quiere formar una familia, pero todavía no tiene con quién.
Usted solo no es nada, pero tres son demasiados.
Tres son multitud, porque vienen acompañados de las armas de miles de soldados de la moral.
Armas como los cuchillos, que hacen más daño que ruido.
El amor es de a dos hasta que aparece alguna puta que no sabe contar, leí una vez.
Y usted no puede enamorarse también de la puta.
No vale amar a la puta.
El amor es de a dos porque digo yo, porque lo dice mi madre, porque lo dijo mi abuela y a mi abuela se lo dijo su madre que era una santa y jamás se atrevió a mirar a otro hombre o mujer.
Porque el matrimonio es de a dos, no de a tres ni de a cinco.
Así manda el Dios que me crio.
Ámense los unos a los otros, pero de a dos, porque los números impares incomodan (salvo que hablemos de pecados capitales.) Dígale Dios o como quiera, lo importante es que mande y que usted le crea y que no se anime.
Animarse es otra forma de pecado.
Los amores únicos también son como cuchillos que hacen más daño que ruido.
Elija a uno solo y ámelo para siempre.
Y mejor que elija bien, porque vas a ponerle sobre los hombros la carga de serlo todo.
Cantante y matemático, pintor y administrador, esposo y hermano, esposa y amiga, que cocine como una madre y coja como una puta y se vista como una princesa y lo defienda como una guerrera.
Todo ella sola.
¿Todo ella sola?
Si a mí me gusta cómo besa Sergio y cómo me abraza Rosario y cómo me sonríe Julián, pero tengo que elegir, porque las camas están hechas para dos.
Las camas y las leyes del imaginario colectivo.
Adán y Eva. Eva y Perón. Romeo y Julieta. Pinky y Cerebro.
El que cocina y el que lava.
Batman y Robin, hasta que apareció la puta de Batichica.
Amor de a tres no es amor, es lujuria.
Qué me importa lo que usted sienta.
No es amor porque yo digo.
Qué me importa que se necesiten.
Qué me importa que sean tres seres diferentes y que cada uno sea tan especial para los otros.
Elija, todo no se puede.
Porque yo digo. Yo mando.
Mando sobre su cama y sobre su corazón y sobre cómo entiende el amor.
Yo mando.
El problema con los que mandan es que sólo saben contar hasta dos.
¿A quién ama más, a su mamá o a su papá?
Tiene que elegir, no vale decir que a los dos por igual.
El amor es de a dos, ¿escuchó?
Tampoco vale decir que son dos personas distintas y que cada uno es hermoso a su manera.
Y ni se le ocurra hablar de lo que cada uno puede darle individualmente.
No puede tener a los dos. Quiero que elija a uno. ¿A quién quiere más, a su mamá o a su papá?
Escoja uno: un dios, un amigo, un solo hermano.
No puede amar a todos.
No puede amar, ni siquiera, a dos."