Cuando caminando tu vida encuentres siempre la misma piedra, llévala contigo.
Cuando pierdas un amigo cuando menos lo esperabas, consuélate por haberlo tenido.
Cuando la injusticia te deje desvalido sin aliento, vuelve a creer.
Cuando ¡amaste tanto! hasta perder la piel, recupérate pronto... ¡te perteneces!...
Cómo pájaro herido, descansa, cura tus alas, vuelve a volar.
Cuando tu vida se vuelva noche, no desesperes, busca las estrellas.
Cuando sientas ya tu existencia desperdiciada como un árbol seco, recuerda que la primavera siempre llega, aterciopelando rosas en tu mirada.
Encuentra tu manantial, riega siempre el jardín de tu vida.
Renacerás... así como he renacido yo ¡una y mil veces!
Pablo Neruda