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martes, 28 de abril de 2015

Entre tú y yo

Entre tú y yo
   Ya sabes que tiendo a olvidar todo lo que pueda utilizar en mi contra, pero justo ahora estaba recordando algo que me había jurado olvidar. Me he dado cuenta de lo equivocado que estaba cuando tracé aquella línea entre tú y yo. Todos estos meses diciéndote que no teníamos límites y no se me ocurre otra forma de acabar con nosotros que dibujándolos.




Siempre había creído que la forma más fácil de olvidar algo es arrinconándolo, y no es así, sobre todo cuando lo que aíslas tiene luz propia, y ese es tu caso. El muro que nos separa no se ve, pero se nota, vaya si se nota, sobre todo cuando soy yo el que lo cimienta a base de palabras vacías. Lo que se quedó fuera lo dejé yo, y eso me incluye a ti.



Desde esta esquina de mi frontera, sentado en un comodísimo sofá llamado Miedo, tengo unas vistas magníficas de mi fracaso y tu decepción. Recuerdo como, con todo el descuidado del mundo, dibujé esa línea sin preguntar, dejando al otro lado del muro algo que nunca antes había visto: a ti y tu estúpida manía de creer en mí, cuando los dos sabemos que la increíble eres tú.


Al otro lado de la valla todo se ve peor. Está todo como más borroso, más oscuro. Aquí antes había luz; no sé adónde habrá ido a parar. He estado pensando que quizás la dejé toda en tu lado cuando me deshice de tus ilusiones, lo único que me hacía ver un poco más claro lo mucho que me iluminabas la vida. Quizás no vea nada porque nos he despertado de nuestro sueño, la luz sigue apagada y aún he de acostumbrarme a la oscuridad.


Sin ti estoy pudiendo ser más yo y menos nosotros, y echo de menos ser yo contigo. Me he quedado a la sombra soportando mis defectos y lamentando mis desperfectos. Y mientras, tú, aguantando sin saber cómo mis peros y mis porqués. Me he dado cuenta de que por no frenar a mis principios aceleré nuestro final. Y sí, es jodidamente injusto que después de algo tan dulce nos quedemos con este sabor de boca tan amargo.


Eh, entre tú y yo: la única frontera que cruzaría sin permiso sería la de la barrera de tu sonrisa. Y que me detengan, pero que cierren por dentro. En este rincón de mi frontera cada vez hay más desertores nostálgicos de tus besos, y ya que yo no voy a saltar ninguna valla -no vaya a ser que me asalten mis miedos a mí-, al menos devuélveme la luz que se exilió en tu sonrisa.

http://envozaltiva.com/2015/04/28/entretuyyo/

sábado, 25 de abril de 2015

Me dueles

Me dueles.
Mansamente, insoportablemente, me dueles.
Toma mi cabeza, córtame el cuello.
Nada queda de mí después de este amor.
Entre los escombros de mi alma búscame,
Escúchame.
En algún sitio mi voz, sobreviviente, llama,
Pide tu asombro,
Tu iluminado silencio.
Atravesando muros, atmósferas, edades,
Tu rostro (tu rostro que parece que fuera cierto)
Viene desde la muerte, desde antes
Del primer día que despertara al mundo.
¡Qué claridad tu rostro, qué ternura
De luz ensimismada,
Qué dibujo de miel sobre hojas de agua!
Amo tus ojos, amo, amo tus ojos.
Soy como el hijo de tus ojos,
Como una gota de tus ojos soy.
Levántame. De entre tus pies levántame, recógeme,
Del suelo, de la sombra que pisas,
Del rincón de tu cuarto que nunca ves en sueños.
Levántame. Porque he caído de tus manos
Y quiero vivir, vivir, vivir.

Jaime Sabines